mientras que la musa,
es algo que pertenece a otro.
Unos dicen que Henri, murió de mal de amores, otros que se cortó todos los dedos (de ambas manos) al finalizar “L’odalisque” como sentimiento de culpa al no percibir la perfección de su amada, aludiendo que era el colmo que la pintura no le hablara. Su hermano médico, el respetable doctor Decaisne, firmó internamientos en psiquiátricos; lo cierto es que poco le faltó a esta obra maestra para que ciertamente, pudiera susurrarle “la marsellesa” al artista en cuestión.
El exotismo de la odalisca es algo secreto entre los pintores, es probablemente la forma mas cercana a palpar una musa. Es el vicio privado, la virtud pública de tener a la esclava en su buhardilla para satisfacer sus instintos más sublimes.